
La infinidad del mar
~ By Monica Padilla ©2022
El mar y su calidez dan una sensación plácida. El mar ofrece una vista con un horizonte infinito y atardeceres interminables. Algunas veces el mar puede ofrecerte una marea tranquila, otros días puede que su marea esté llena de una fuerza inexplicable, como si sus olas rugieran y liberaran su enojo a la orilla de la playa.
El mar es un espacio de color azul o verdoso que atrae aquellos a sumergirse y perderse en un mundo en donde las horas y los días no existen y un segundo en ese apacible y turbulento espacio parece una eternidad. El mar posee diferentes tipos de flora y fauna, algunos conocidos por los humanos y otros desconocidos que se encuentran escondidos como un tesoro que no desea salir a la superficie.
El mar tiene la capacidad de jugar con aquellos que se atreven a sumergirse en su revoltoso mundo. Él puede empujarte hacia el fondo de su mundo o arrastrarte a sus orillas pedregosas y arenosas; sus olas son como enormes manos que te toman y parecen abrazarte con toda su calidez y hacerte saber que ese momento será inolvidable y nunca se borrará de tu memoria. Su mundo te incita a pelear contra la marea y nadar contra ella para poder flotar y perderte en tus pensamientos.
El mar te recuerda que un segundo puede envolverte en su acogedor mundo que guarda los deseos y secretos de las personas. Él ha sido testigo de como comenzó todo en la tierra y como los humanos fueron creados, guarda respuestas que muchos buscan pero que nunca se sabrán porque el mar es como aquellas piedras que guardan la historia de imperios antiguos y que aún no han podido ser descifradas por completo porque su interpretación depende de la persona que lo trata de descifrar.
El mar me recuerda que no tiene fin y que existe mas allá del tiempo. Su calidez guarda los recuerdos de mi vida y mi amor por él, aquel amor que comenzó desde que me encontraba en el vientre de mi madre y lo pateaba cada vez que me sumergían y me presentaban a él. El mar me brinda una paz infinita que me hace olvidar al abrir mis brazos y flotar sobre él, que me recibe con brazos abiertos y me empuja con toda su fuerza para que yo pueda liberarme de todo aquello que no me deja fluir y en esas olas renazco, dejando todos mis secretos en él. El mar conoce mi voz y la recordará siempre porque es un mundo en donde el tiempo no existe.
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